El crêpe en Francia no sólo es un postre, sino que es casi una institución. La palabra crêpe viene del latín crispus (significa crespo, ondulado) y suele estar asociada a todo tipo de tradiciones, juegos y supersticiones populares.

Sobre su origen hay muchas teorías, incluso en una de ellas se habla de un origen napoleónico, afirmándose que fueron creadas por uno de los cocineros de Napoleón para quebrar la rutina culinaria que tanto le aburría.

No obstante, la versión que cuenta con más visos de autenticidad es la de Henri Charpentier, quien se atribuye a sí mismo la autoría del plato. Charpentier trabajaba como camarero en el restaurante Café de París de Montecarlo en el año 1895. Se había formado como cocinero nada menos que a las órdenes de Escoffier y tuvo el honor de servir las mesas de la reina Victoria, la emperatriz Isabel de Austria, Sarah Bernhardt, J.P. Morgan y James Gordon Bennet. 

Diferentes teorías para una receta que nos encanta.